Leo la sección de preguntas más comunes (FAQ) y descubro algunas peculiaridades de Ginebra, que ponen en contexto la decisión de sus autoridades de introducir este tipo de voto en 2003:
- Los ciudadanos de Ginebra son llamados a las urnas 3 ó 4 veces al año
- La participación solía rondar el 30-35% hasta que a mediados de los noventa se introdujo el voto por correo, y subió unos 20 puntos, hasta el 50-55%
- El 95% de los votantes vota por correo
- El anonimato se "garantiza" porque los datos del votante y del voto se separan al llegar a la urna electrónica, la cual "revuelve" los votos antes de ser contados, de forma que no se pueden poner en conexión con el orden en que llegaron.
- La identidad se garantiza porque el votante tiene que introducir un PIN impreso (bajo una protección) en su tarjeta de votante (que supongo que se envía por correo), junto con su fecha de nacimiento y su "lugar de origen" (que no es exactamente el de nacimiento). Todo eso se supone que previene el robo de identidades (al menos el robo masivo, supongo).
- Sobre el problema de que el voto remoto permita la intimidación o la compra de votos no he leído nada.
- Finalmente, sobre el asunto crucial de la seguridad de los resultados, la respuesta es la habitual: un software muy bueno que impide los ataques. Al menos hay que decir que, frente a otros lugares, parece que aquí se han tomado algunas medidas adicionales de seguridad: los votos viajan encriptados, la "urna electrónica" también lo está, ha habido tests de seguridad por empresas independientes...
En las secciones siguientes propone una solución interesante que hasta ahora no había visto, basada en que, con la tarjeta de votante, cada elector reciba una serie de cifras personalizadas y distintas que sirvan para votar sí, no, abstenerse, o en caso de elecciones, votar a cada candidatura. Después de votar recibiría, de modo gráfico, una confirmación de que su voto ha sido procesado correctamente. Esto impediría la manipulación del voto por un software malicioso, porque cada votante tendría que teclear números distintos para emitir su voto. El autor reconoce una doble dificultad para esto: legal y de "usabilidad".
Ingenioso, complejo y ... (pensando en España, donde lo normal es votar dos ó tres veces cada cuatro años, y donde la participación es ya normalmente siempre superior al 60%) pienso que innecesario.